Madrid. Crónica de Barquerito: "Robleño, torero largo, puro y poderoso"

Domingo, 28 de Mayo de 2023 00:00 administrador
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Distinguido y reconocido en dos faenas de méritos y logros mayores

Herido grave José Garrido

Corrida ofensiva, pero nada agresiva de Adolfo Martín

Cumplidor Román


Madrid, domingo, 28 de mayo de 2023. (COLPISA, Barquerito)

Madrid. 17ª de abono de San Isidro. Lluvia. 18.666 almas. Dos horas y media de función. Cinco toros de Adolfo Martín y un sobrero -6º- de Pallarés.

Fernando Robleño, ovación tras aviso, silencio y dos vueltas al ruedo. Román, silencio tras aviso, silencio y silencio. José Garrido, cogido y herido por el tercero. Cornada grave en la cara posterior inferior del muslo derecho que contusiona el nervio ciático. Operado en la enfermería de la plaza. PARTE MÉDICO DE JOSÉ GARRIDO. "Herida por asta de toro en cara posterior 1/3 inferior muslo derecho, con una trayectoria hacia delante y abajo de 15 cm. Que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contusiona nervio ciático. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en al enfermería de la plaza de toros y trasladado posteriormente a la Cínica Fraternidad Muprespa Habana". Pronóstico: Grave que le impide continuar la lidia. Fdo. Dr. Máximo García Padrós / Dr. Máximo García Leirado

Lidia sobresaliente de Andrés Revuelta. Un gran par al quinto de Fernando Sánchez, que saludó. Tras la cogida de Garrido se intercambiaron corrieron los turnos de salida de cuarto y quinto.

CORTO DE MANOS, bajo de cruz, muy ofensivo, la pinta cárdena clásica del encaste Albaserrada, el primero de la corrida de Adolfo Martín salió con pies, gateó con aire celoso, elástico al tomar engaño en viajes cortos, se durmió en el peto, sangró lo justo y no fue sencillo. Esperó en banderillas. Se revolvía en un palmo y, signo de su conducta, siendo pronto, vino al paso y en medias embestidas. Por el toro apostó Fernando Robleño. Firme y sabio, muy preciso en los toques, con paciencia fuera de lo común, se fue haciendo con el toro poco a poco, sin dudarle ni engañarlo, corrigió su tendencia a frenarse, la muleta por delante, viajes conducidos a pesar de los amagos del toro con irse a tablas. No consintió, lo retuvo Robleño.

La pelea serena y sencilla fue de torero largo, tensa y emotiva, encarecida por la fijeza del toro. El final, ya armado Robleño con la espada, fue una sorprendente tanda de naturales larguísimos, templados a modo, bien tirados. Tres ataques con la espada. Un aviso. Una ovación de gala.

Completó lote un distinguido toro de raro porte, ensillado, zancudo, bien armado. Toro por ver, pero lo lidió primorosamente Robleño, Andrés Revuelta bregó con categoría. No se empleó en el caballo, que, como a casi toda la corrida entera, pareció no provocarle. Cobró un primer puyazo en arreón y un segundo recostado. Como no apoyaba del todo bien, fue protestado. Se recompuso en banderillas, rompió en la muleta. Un paréntesis obligado: este cronista no pudo ver en directo la primera parte de una faena juzgada como de extraordinaria altura. Los pasajes seleccionados en la repetición parcial de mundotor.tv son elocuentes: ligazón, temple, ajuste, gobierno del toro, firmeza, gracia sencilla. La segunda mitad, menos brillante, pero sin perder el rigor y la pureza que distinguen a Robleño tanto como su segura autoridad: la muleta planchada, el encaje justo, los toques suaves. Bastante más claro el toro por la mano izquierda. Estaba embalado el ambiente. Un pinchazo, una buena estocada. Dos vueltas al ruedo tras denegar la presidencia una oreja pedida con ganas.

Solo pudieron verse tres toros más de Adolfo Martín y no cuatro. Al saltar al callejón se lesionó el sexto y fue devuelto. El sobrero de Pallarés, fuera de proporciones, altísimo, claudicante, no dio juego. Ninguno de los tres titulares se prestó a mayores alegrías. El segundo, engatillado, el mejor hecho de los seis, se aplomó y, solo cuando, en sorda y valerosa porfía, Román le echó la muleta al mismísimo hocico, tomó engaño humillando, pero sin repetir. El tercero, artero y violento, aire fiero, estuvo a punto de llevarse por delante a José Garrido en el segundo lance compuesto y lo desarmó. La cara entres las manos, ocultas segundas intenciones, oliscó y escarbo, pero Garrido se puso como si tal cosa. Apenas empezado el trato, se revolvió el toro, hizo presa al torero, lo hirió y lo tuvo entre las manos un buen raro. Robleño lo despenó por la vía rápida. El segundo de lote de Román, desesperantemente tardo, negado al caballo, reservón, parado en seco, ningún celo, provocó una faena de tiempos muertos. Entereza de Román.

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Cuaderno de Bitácora.- El ruedo de las Ventas no está del todo nivelado. Si llueve seguido, la escorrentía vierte hacia los tendidos de sombra y en ese terreno se hacen los charcos sobre las huellas mal enarenadas de las pisadas de los toros y los toreros. El platillo, los mismísimos medios, nunca se encharca. Llueva lo que llueva. Cuando se entere Morante, vamos a tener lío. De la pericia de los areneros se hablará en otro momento. No demasiado bien.

Última actualización en Domingo, 28 de Mayo de 2023 21:32