Tres novilleros excelentes toreros, variados y entregados en una tarde épica con el ruedo hecho una piscina
La segunda parte del festejo debió aplazarse a la mañana del domingo o a la del lunes
Comentarios y ampliación de la información José Luis Carabias.
Sábado, 20 de julio de 2024. Plaza de toros de Santander. Novillada con picadores. Primer festejo de la Feria de Santiago 2024. Media entrada. Novillos de Casasola, bien presentados y nobles, buen juego, pero desiguales de fuerza, flojeando en general pero destacando quinto y sexto, castaños, más completos. Samuel Navalón, de Ayora, Valencia, pero residente en Salamanca oreja tras aviso, silencio en el que mató por Marco Pérez y dos orejas. Marco Pérez, de Cuenca, criado también en Salamanca, volteado dos veces en un quite con el capote a la espalda fue llevado a la enfermería, de donde salió para lidiar el quinto, al que cortó una oreja tras aviso. Había actuado por la mañana en la plaza francesa de Mont de Marsant. Javier Zulueta, de Sevilla, hijo del aguacilillo de la plaza de la Real Maestranza, silencio tras aviso y ovación.
Parte facultativo de Marco Pérez: "Un traumatismo facial que afecta a nariz y labio superior, contusión en mano derecha. Se realiza cura local con limpieza de la zona. Se comprueba que los huesos de la nariz están alineados aunque con posible fractura de los mismos. Se recomienda realizar radiografía de la nariz. Pronóstico leve". Salió a lidiar el quinto que le volteó de nuevo, está vez durante su labor de muleta. Se le trasladó a un hospital al término del festejo.
Mal regada la plaza, antes de comenzar la novillada, en el primer astado la labor de Navalon transcurrió entre nubes de polvo. Pero comenzó a llover al final de esta primera faena y no paró, convirtiendo el ruedo en poco practicable y peligroso, propiciando varios resbalones de los toreros. Tras la lidia del tercero el presidente consultó a los toreros la suspension pero se negaron. La única decisión que tomó fue que los subalternos colocasen dos en vez de tres pares de banderillas. Poco inteligente el usía y la empresa que debieron aplazar la mitad que quedaba de festejo a la mañana del domingo o a la del lunes, más todavía con un espada en la enfermería empeñado en salir a torear a pesar de sus lesiones.
Sonó el himno nacional tras romper el paseíllo que, por ser debutantes, hicieron descubiertos los tres espadas.
Festejo transmitido en directo por one toro televisión como será toda esta feria.
El primer festejo del abono de la Feria de Santander ha estado marcado por la épica de los novilleros, que han desafiado la lluvia que fue una protagonista ingrata. Meritoria tarde la que han ofrecido estos tres valientes.
A portagayola se fue Navalón en el primero, al que enjaretó varias verónicas en los medios. Un novillo que se dejó y al que Navalón cuajó una interesante faena, a pesar de la poca fuerza el animal. Dejó detalles por el derecho, para terminar pegándose un arrimón. Estocada baja y oreja.
Marco Pérez recibió rodillas en tierra a la verónica a su segundo de la tarde. Firmeza la del salmantino. Fue volteado en un quite, en la segunda gaonera, citando desde los medios, el novillo, en tablas, se le vino directamente al cuerpo. Y de nuevo le le cogió de forma aparatosa, cuando se levantaba del suelo. Pasó a la enfermería, donde fue atendido de un fuerte golpe en la cara y en el tabique nasal.
Navalón tuvo que torear a este novillo, un animal con muchas complicaciones. Estuvo a punto de ser herido. Muy firme y con muchas ganas de triunfo..
Zulueta toreó muy artístico con el capote a la verónica e hizo una gran faena en el tercero, estropeada, como en el sexto, con los aceros. Un novillo con poca fuerza y al que siempre templó con la muleta. Se mostró firme bajo el auténtico diluvio que caía. Demostró su gran clase, sobre todo con los muletazos por el derecho, donde dejó pases con despaciosidad y cadencia. La espada le privó un gran triunfo.
Ante el cuarto, Navalón se fue de nuevo a portagayola con el ruedo todo encharcado. Mucho mérito. Chicuelinas tampladas en el recibimiento. Entendió al de Casasola, que no andada sobrado de fuerzas. Faena basada por el derecho, empaque y temple. El publicó se entregó con un desplante de rodillas. Estocada y oreja.
Salió de la enfermería Marco Pérez a matar el quinto, un castaño de Casasola al que le cuajó varias verónicas con temple. Pérez sacó su raza y sus ganas de ser figura. Lo demostró en esta faena, cargada de épica, al ser cogido de nuevo, sin consecuencias. Derechazos encajados, componiendo, series donde el público se entregó. Estocada casi entera, tardó en caer. Oreja.
Cerró la tarde lluviosa Zuloaga, que dejó aromas con el capote en un quite por verónicas. Faena con sabor la del joven sevillano. Muletazos con cadencia, temple y profundos. Lo mejor llegó al natural, donde demostró su calidad. Se entregó la plaza en el final de la faena con los ayudados. Todo muy templado, como su concepto. Pinchazo y media. Perdió los trofeos.