TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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Saslamanca. Crónica de Barquerito: "Dos novilleros con ambiciones"

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Mario Navas firma una faena de extraordinaria calidad

Ismael Martín debuta en su tierra con éxito arrollador

Se estrena con nota un ganadero de viejas raíces charras: Lorenzo Espioja

 

Salamanca, viernes, 15 de septiembre 2023. (COLPISA, Barquerito). 3ª de feria. Encapotado, templado, llovizna en el segundo toro. 3.500 almas. Dos horas y media de función.

Seis novillos de Lorenzo Espioja (Lorenzo Rodríguez). El quinto, Palmero, premiado con vuelta en el arrastre.

Valentín Hoyos, ovación tras aviso y oreja. Ismael Martín, oreja y dos orejas, a hombros. Mario Navas, ovación y silencio tras aviso. .

LA SERIA NOVILLADA de Lorenzo Espioja fue de variadas hechuras. Los dos de la línea Lisardo, cuarto y sexto, tuvieron más cuajo que los cuatro restantes, de sangre Jandilla. De esos cuatro, el quinto, negro salpicado, hondo y badanudo, quilla llamativa, tuvo porte y presencia de cuatreño. Codicioso, pronto y noble, muy completo. Para él se pidió sin éxito ni razón el indulto. Se arrastró sin las orejas, las llevaba en la mano Ismael Martín. Luego de mucho pensárselo, y de un manifiesto remoloneo de los mulilleros, el palco compensó la petición de indulto con una vuelta al ruedo ligeramente protestada.

 

La vuelta sirvió de reconocimiento para el conjunto de la novillada y subrayó el éxito del ganadero, de la Tierra de Ledesma, uno de los confines del Campo Charro. El viejo hierro de Espioja -el joven Lorenzo Rodríguez pertenece a la quinta generación de la familia de ganaderos- gozó en la Francia torista de gran predicamento durante muchos años. Reses célebres por su genio ágil y su bravo temperamento en épocas anteriores a la reducción de la fiereza. Los nuevos espiojas habían ganado crédito sobrado en festejos sin caballos. Se justificó su inclusión en el abono de la feria de Salamanca. Hizo méritos para repetir.

El estreno en La Glorieta de Lorenzo Espioja no fue el único. También se presentaron en novillada picada dos toreros del país: Valentín Hoyos, de La Alberca, e Ismael Martín, de Cantalpino. Tras su destacada prestación hacer un año en la novillada de la feria repetía el vallisoletano Mario Navas, que toreó bien de verdad al tercero de sorteo, montado, escurrido y estrecho, el de menos plaza de los seis: armonía, cadencia y despaciosidad sobresalientes, perfección formal y de fondo, naturalidad, el sentido de la improvisación que distingue a los elegidos. Una faena de planteamiento y solución impecables, pero sin remate con la espada: cuatro pinchazos y un descabello. Con Navas, formado en la Escuela Taurina de Salamanca, estuvo la gente menos entregada que con Valentín Hoyos o Ismael Martín, pero a medida que la faena fue ganando quilates se dejó sentir el clamor de las grandes ocasiones. El sexto de sorteo, con los rasgos propios del encaste Atanasio, fue el único de mala nota. Justo cuando acababan de darle fiesta al ganadero. Parado, frenado, se quedó debajo, ni pizca de entrega, manso apacible, y, sin embargo, lo metió Navas en la muleta, llegó a tenerlo en la mano, a obligarle, y, además, a componerse sin una sola voz ni un paso atrás. Tres pinchazos sin fe. Un aviso, cuando la corrida llegó a las dos horas y media y los cielos, cerrados, amenazaban con descargar una tormenta que no rompió.

La resolución de Ismael Martín, su firmeza, sus recursos de torero placeado, la complicidad con los paisanos de las gradas, su no poca teatralidad, su facilidad y atlético estilo en banderillas, su corazón con la espada, su ambición y las ganas de ser: todo eso, y  un lote propicio -el excelente quinto y un segundo con el que de partida toreó acompasado-, se tradujo en un triunfo casi arrollador. Cosecha de tres orejas, dos faenas de cierta electricidad, igual de meritoria en la corta distancia que en la otra, no sin gota de temeridad. En papel menor Valentín Hoyos, embarcado en dos faenas larguísimas, firmó pasajes notables: templado a la verónica en lances traídos por delante de buena escuela, ajuste y temple al torear embraguetado con la mano izquierda, finura para sujetar en firme al cuarto toro que se habría ido al suelo el menor tirón.

Buen espectáculo. Castigado, eso sí por una banda de música bastante impropia. La música es hace años la asignatura pendiente de Salamanca.

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Cuaderno de Bitácora.- El apeadero de La Alamedilla es una de las gracias de Salamanca. La Salamanca ferroviaria, que ha vivido épocas de mejor fortuna. Aquí se cruzaron en tiempos dos lìneas perpendiculares: la de la Vía de la Plata, de Mérida a Gijón, y la de Madrid a las Fuentes de Oñoro y la Raya de Portugal. Un tren de leyenda, el Lusitania Exprés. trayecto París-Lisboa,cruzaba la frontera a media noche. Lo he visto en Irún guardando espera a la hora de comer más de una vez. Fue el último tren internacional sacrificado. Ceguera política, parte del sempiterno castigo que la España centralista ha dispensado durante tantos años a la España frontera, la de la Raya de Portugal. En el tren de la Plata llegué a viajar antes de su desapariciòn, incluida en el guiòn de la despoblación.premeditada. Plasencia, Béjar, Guijuelo. A Salamanca se llega desde Madrid por Ávila o por Medina del Campo. La vía de Ávila bordea la sierra de Guadarrama, tarda una hora más que su alternativa y discurre por paisajes memorables. La vista del monasterio de San Lorenzo del Escorial es uno de ellos. Las murallas de Ávila, preservadas y delicadamente reconstruidas gracias al talento de un arquitecto Emilio Moya, pionero del conservacionismo, es otro. El tren de Medina traspasa Guadarrama por la línea de Alta Velocidad. Todavía hay un tren directo Salamanca-Barcelona. Han aumentado las frecuencias de las dos líneas de Madrid-Salamanca.

El gobierno central se resistió como gato panza arriba. Claudió. Antes de claudicar habían construido una especie de estaciòn hipermoderna que parecía y parece más un aeropuerto que una estaciòn de las de antes. El apeadero de La Alamedilla está en el punto perfecto de la ronda periférica de la ciudad. El año pasado estaba en obras y pensé que iba a correr la suerte negra del Lusitania o del tren de la Plata. Pero no. Ha resistido. En precario, pero ahí te deja. Al lado de un parque.

 

 

Última actualización en Sábado, 16 de Septiembre de 2023 10:02