Herido grave Francisco José Espada, notable con sus dos toros
Robert Margé cobra antigüedad como ganadero con una corrida seria de desigual condición
Madrid, domingo, 16 de julio de 2023. (COLPISA, Barquerito). Fuera de abono. Veraniego, las banderas a plomo. 6.220 almas. Dos horas y media de función. Seis toros de la ganadería francesa de Robert Margé, que se presentó en esta plaza.
Borja Jiménez, saludos tras aviso y vuelta tras aviso. Francisco José Espada, vuelta tras aviso y cogido por el quinto. José Fernando Molina, de Albacete, que confirmó la alternativa, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso.
El excelente oficio de Víctor Hugo Saugar en la brega del quinto.
PARTE MÉDICO DE FRANCISCO JOSÉ ESPADA: "Herida por asta de toro en cara lateral tercio 1/2 muslo derecho, con dos trayectorias, una ascendente de 15 cm. que produce destrozos en músculo vasto externo y otra de 20 cm hacia atrás que alcanza la cara posterior del fémur. Es intervenido bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros siendo trasladado a la clínica fraternidad muprespa habana. Pronóstico: Grave. Firmado: Dr. García Padrós y García Leirado".
EL TORO DE la confirmación de alternativa del albaceteño José Fernando Molina salió abanto y frío, peleó y arreó en el caballo, fue tardo y esperó en banderillas, la cara arriba, sim llegar a descolgar y, a pesar de todo, tuvo trato. Molina, paciente, encajado pero despegado de partida, le pegó una notable tanda de tres en redondo y el de pecho. Faena morosa en un palmo de terreno. Media, pinchazo sin soltar y estocada atravesada. Salió escupido de la reunión con la espada.
Con ese toro y con los cinco que le siguieron tomó antigüedad la ganadería de Robert Margé, vocacional criador francés, que ha compuesto en la región de Aude, no lejos de Beziers, su patria chica -y la de Sebastián Castella-, una vacada de procedencia Cebada Gago y Santiago Domecq. Corrida de seria planta, bien armada, llamativamente pareja, cumplidora en el caballo, de condición muy desigual. Tercero y un quinto más ofensivo que los demás, reunidos en el lote de Francisco José Espada, fueron los de mejor juego.
No fue propicio el lote de Borja Jiménez: se rajó el segundo, un toro muy mirón, y escarbó, cabeceó y mugió lo que no está escrito el cuarto. El sexto, falto de celo, fue menos toro que los cinco previos y se empleó muy poquito. Cuatro toros llevaban nombre de muy ilustres pintores: Velázquez, Van Gogh, Cézanne y Picasso. Y Picasso fue con diferencia el mejor del cuarteto. El toro de la confirmación se llamaba Lelée. Y el último, Mistral, por el temible viento glacial que azota a su gana la costa mediterránea o por rendir homenaje a Frederic Mistral, el escritor emblema de la Provenza que fue premio Nobel de literatura hace más de un siglo.
Seguro, firme y ambicioso, visiblemente determinado, Borja Jiménez pudo más que sobrado con sus dos toros. Con el que se dio a la fuga incapaz de llegar a una tercera repetición y con el que consintió bastante más y al que se trajo con guapeza en la distancia, ligó por abajo sin perderle pasos y acertó a traerse metido y torrado en todas las bazas. Abierto el compás y embraguetado, sueltos loa brazos. Firme incluso cuando el toro dio en pegar trallazos sin dejar de bramar y mugir desoladamente. Los muletazos de apertura genuflexos y un final a pies juntos tuvieron sello y garbo.
Lo tuvo también el comienzo de faena con el segundo, en tanda de banderas, pases de la firma y trincherillas cosidos sin un solo enganchón. Borja fue el único de la terna que se dejó ver con el capote: un gracioso quite por chicuelinas en el toro de la confirmación y ajuste y vuelo en los solo dos lances que admitió de salida el cuarto, que, antes de llorar, escarbó y oliscó en señal de mansedumbre. Borja pecó de no saber cortar a tiempo ninguna de sus dos faenas tan bien armadas. Pinchazo y estocada delantera en el primer turno. Una estocada caída y descabello en el segundo. Llegó a la gente y la gente estuvo con él. Como las tres corridas de julio en las Ventas han sido de oportunidad, paso adelante, que estaba anunciado después de su ejemplar tarde de San Fermín con tres toros de Escolar hace solo una semana.
Francisco José Espada toreó con temple del caro al tercero, acertó a sujetarlo a pesar del exceso de pausas y por las dos manos se compuso firme y despacioso. De una suerte tan gastada y requetevista como las manoletinas hizo en el remate de faena una singular interpretación rara por cadenciosa: muletazos cobrados a la manera de los lances a la valenciana de Vicente Barrera Cambra. Una estocada tendida. No atendió el palco una petición de oreja reclamada por un grupo nutrido de paisanos de Fuenlabrada. Con el quinto, el toro que prestó sello original y particular a la corrida de Margé, Espada cuajó una excelente primera mitad de faena. Tandas redondas, toro embarcado y conducido, gobernado, de torero mandón y puesto. Menos definida la continuación, castigada con protestas desde el tendido 7. En el remate de faena, al cobrar una primera bernadina, Espada salió prendido y corneado por un muslo y volteado con una violencia formidable. Borja Jiménez acabó con el toro.
Molina anduvo reposado, sereno y valeroso con el sexto toro, que se aburrió y desentendió en seguida. Notables muletazos con la zurda. Dos `pinchazos y estocada. Interesante.
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Cuaderno de Bitácora.- Los hay en Madrid que a la vuelta de Pamplona sienten el mono de las grandes emociones y lo curan como pueden, Por ejemplo, en la cuesta de Santo Domingo, que sube desde la calle Arrieta y la plaza de la Ópera, frente al Teatro Real, hasta el comienzo de la calle de San Bernardo- No es la cuesta de Pamplona, ni hay toros volando, ni dos mil mozos corriendo. Ni el silencio espectral del arranque de carrera. Ni siquiera el miedo. La media milla de Pamplona no admite comparaciones. Pero se pasa el mono.
¿Encierros masivos? En el metro desde Ópera a Latina, vendrían en busca de las gangas del Rastro no menos de mil quinientas almas que se han arracimado en las escaleras mecánicas. Dos tramos muy generosos porque la estación de Latina está profunda. Si te esperas en la de Ópera la llegada desde Latina del tren, comprobarás que lo hace cuesta arriba, como los toros de San Fermín en Santo Domingo- No ha habido heridos. Se hace raro ver a la gente sin pañuelo al cuello. El pañuelo colorao.