TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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Madrid. Crónica de Barquerito: "Una preciosa corrida de La Quinta sin suerte"

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Cuatro y hasta cinco toros nobles, armoniosos y con personalidad distintiva y propia

Solo El Juli se justifica

Roca Rey no se acopla con el mejor de los seis

Ambiente a la contra


Madrid, Miércoles, 10 de mayo de 2023. (COLPISA, Barquerito)

Madrid. primer festejo de la Feria de San Isidro. Primaveral, ventoso. Lleno a reventar con el cartel de "No hay billetes". 23.800 almas. Dos horas de función. Seis toros de La Quinta (Álvaro Martínez-Conradi)

El Juli, ovación y silencio. Roca Rey, leves pitos y silencio. Álvaro Alarcón, que tomó la alternativa, ovación y silencio tras un aviso.

José Chacón cerró a punta de capote por dos veces al primero y prendió al sexto dos pares de riesgo, por los que saludó montera en mano junto a su compañero José Antonio Aponte "Candelas". Fue muy ovacionado.

MUY PAREJA DE hechuras -primero y cuarto, cinqueños, cárdenos caretos, fueron casi idénticos, y los dos entrepelados, segundo y tercero, igualitos-, armónica, astifina y en tipo, bajita de agujas y ligera de peso, la corrida de La Quinta se abrió en lotes por la edad. El más ofensivo, cuatreño, apenas 500 kilos, fue el toro de cierre. El de más goloso remate, un auténtico cromo, rompió plaza.

En compensación, ese fue el toro de la alternativa de Álvaro Alarcón, toledano de Torrijos, distinguido en el San Isidro de hace un año, herido de gravedad el pasado marzo en la novillada que inauguró el curso en las Ventas. Convaleciente todavía de una perforación de pleura, desoyó el consejo médico de renunciar a esta corrida tan lujosa -El Juli y Roca Rey por delante, padrino y testigo de alternativa- y en la puerta de cuadrillas compareció a las siete de la tarde. La primera de San Isidro, la plaza hasta la bandera, eléctrico y polémico el ambiente, como conviene en Madrid a los carteles de primeras figuras. Condescendiente, sin embargo, y hasta cálido con el joven o no tan joven Alarcón, 24 años, dos más que Roca Rey. Un mundo.

La corrida de La Quinta, además de bella, cumplió bien en el caballo y fue más clara que transparente y más noble que poderosa. Con son diverso y particular, a veces dormido, embistieron los seis. Pastueñamente el tercero, uno de los cinqueños, que fue de salida y hasta el final el de mejor nota de los seis, el de más rítmica movilidad. Con particular entrega el segundo, que le fue tan parecido por fuera, y por dentro también. El de la alternativa fue, con el sexto, el más pronto y codicioso, y, en sus primeros veinte viajes, el de más chispa. El cuarto, casi el clon del notable primero, fue el más frío de todos y, sangrado en varas en exceso, vino a veces gateando y hasta adelantando por las dos manos. Y hubo, en fin, un toro con su misterio, un quinto tan bien hecho como los demás, pero recibido con alguna ligera protesta y hasta un casi imperceptible coro de miaus en sus primeras arrancadas. Los dos toros de El Juli, segundo y cuarto, fueron lidiados con autoridad y sapiencia, sin alardes. Los dos de Alarcón, también. Este quinto, en cambio, fue tratado a capotazos sin orden ni sentido, picado al relance y pegado a modo en una segunda vara durísima. En banderillas se destapó el toro por su agilidad y prontitud, que fue, además, algo celosa. Los dos toros más elásticos del envío fueron justamente los dos últimos.

El Juli libró el compromiso con mucho más oficio y mucha más soltura y determinación que Roca Rey y que el joven Alarcón. Claras las ideas, seguro el empeño a pesar del recelo inicial del cuarto toro, se aplicó en dos labores: la primera, romper el hielo enemigo que por norma le castiga en Madrid, y la segunda, acoplarse con un estilo de embestida, el del encaste Buendía-Santa Coloma, que de sobra conoce. Tuvo más peso y gobierno la faena del segundo toro, sus sólo dos tandas de toreo ligado y despacioso y dos gotas de genio: un remate de castigo clasicista y un molinete de salida cuando algunas sonoras palmas de tango, a plaza dividida, censuraban las carencias de la faena, que las hubo. Condicionado por rachas de viento, El Juli tuvo que cambiar terrenos y aunque supo enganchar al toro y tirar de él, a la faena le faltó el don de la ligazón. El trabajo con el cuarto, a favor del toro, no tuvo eco: ni una palma, ni un ole.

Roca Rey se estrelló con el muro de los intransigentes, que no perdonaron. Se estiró de salida con el buen tercero, pero, molestado por el viento, no se acopló luego con él, Ni cuando se encajó, ni en el tercio, ni abierto generosamente en el mismo platillo, ni al embraguetarse ni al despedir al toro en muletazos en línea. Le pesaría el ambiente, mató de fea estocada, y no vio claro el quinto toro, que lo sorprendió no poco y no le consintió ganarle ni un paso ni perdonó las dudas. Cuando el toro se puso pegajoso, se dejó sentir el desaire. Hubo intentos de Roca por remontar. Pero nada. Había elegido el propio Roca la corrida de la Quinta. Se le atragantó.

Entregado y tesonero, más firme que bien colocado, Alarcón, descubierto por el viento en el segundo turno, hizo con el toro de la alternativa un visible y meritorio esfuerzo, y, talonado, dibujó sueltos algunos muletazos de rico compás. En las dos bazas se tiró con fe a matar.

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Cuaderno de Bitácora.- Llevaban años sin pintar las paredes de los corredores de la plaza y, ahora, recién pintadas de color crema, han perdido la gracia añeja de los años, la famosa pátina del tiempo. Como si entraras en una casa nueva que no conoces. No tanto. Hay que empezar el mes de San Isidro con ilusiones renovadas, como si fuera la primera y la última vez. La pintura es lo de menos. La galería de la segunda planta, justo encima de la puerta de Madrid o puerta grande, se ha pintado a brocha gorda, como todas las paredes, pero el espacio, porque es un espacio noble, sigue sin cobrar ni un gramo de grandeza. Han limpiado de heces de paloma casi todo el suelo y parte del enladrillado, pero la galería es tan solo un almacén de bebidas que surte a los vendedores ambulantes de la plaza.

No sé si la gente estaba nerviosa o tranquila en esta primera tarde de feria. Sospecho que ninguna de las dos cosas. Será el viento, como el de hoy, silencioso pero mordaz. El viento que tantas cosas trastorna.
Última actualización en Jueves, 11 de Mayo de 2023 06:42