El sexto y último novillo de la tarde, "Hortensio", fue extraordinario, colorao, serio, muy bien presentado, bravisimo, con fijeza y recorrido, repitiendo, una máquina de embestir, que mereció cuando menos la vuelta al ruedo. Pero el presidente y sus asesores ni se enteraron.
De los tres espadas, el mas destacado fue Alejandro Mora, con gusto y decisión toda la tarde, para el que se pidió por mayoría la oreja del quinto, sin ser atendida por el presidente
Domingo, 23 de abril de 2023. Madrid. Plaza de Las Ventas. Novillada con picadores. Buen tiempo. Muy flojita entrada, la mas baja de lo que llevamos de temporada, solo unas dos mil personas, menos de un décimo del aforo y eso que hemos tenido muy escasa escasa asistencia en estos primeros festejos de la temporada venteña. Seis novillos de "Guadaira", procedencia pura de "Jandilla", bien presentados, desiguales de tipo y de juego, destacando ese sexto, extraordinario, nº 42, "Hortensio" de nombre, colorao chorreado en verdugo, ojalado, bocidorado, nacido en octubre de 2019, de 496 kilos. Curro Durán, hijo del matador de toros del mismo nombre, de Utrera, Sevilla, de burdeos y oro, silencio tras un aviso y silencio (recibió aplausos cuando dobló el novillo). Alejandro Mora, sobrino carnal del diestro Juan Mora, de azul pavo y oro, aplausos leves y vuelta al ruedo con alguna protesta, tras petición mayoritaria de oreja, que no atendió el presidente, que recibió la correspondiente bronca. Miguel Andrades, de Jerez de La Frontera, Cadiz, de verde claro y oro, que hizo su presentación en esta plaza, banderilleó a sus dos astados con banderillas largas, por ambos pitones, colocando tres pares a cada uno, el último al quiebro en tablas, siendo ovacionado en ambos tercios, al final de la lidia del tercero ovación con algún pito, tras leve petición de oreja y ovación con petición mayoritaria de oreja, que tampoco atendió el presidente, en el sexto. Sufrió dos impresionantes volteretas al entrar a matar al sexto, que le volteó al hacer la suerte y luego le recogió en el suelo levantandole otra vez por los aires. Ha vuelto a nacer. Todos pensamos que le había calado fuerte pero se recuperó y abandonó la plaza por su propio pié. Un milagro.
Destacaron entre las cuadrillas José Chacón con unos templados capotazos, en la brega del primer novillo, al que parearon con sencillez y elegancia sus compañeros Miguel Ángel Sánchez y Felipe Peña. También José Otero en la brega del tercero y Mario Campillo en la del sexto.
Presidió la novillada Ignacio Sanjuan, asesorado en el palco por Joselito Calderon y el veterinario Eloy Marino. Completaron el equipo facultativo veterinario María José Gutiérrez y Joaquín Pérez-Flecha. Delegado en el callejón Manuel Estevez
El gran trabajo de selección y la suerte que se necesita para criar un novillo como el sexto de esta tarde, una maravilla de bravura, clase y juego, con gran transmisión para que luego un indocumentado equipo presidencial ni se entere y lo tire todo por la borda. Era un novillo de vacas, para indultar, pero ni siquiera se le dió la vuelta al ruedo póstuma que pedía el poco publico presente en el coso. Qué ignorancia y qué incomprensión. Con la falta que hacen animales como "Hortensio".
Además se incumplió el Reglamento en otro aspecto, el que especifica claramente que la primera oreja se debe conceder por petición mayoritaria de los espectadores. Que culpa tienen los toreros de que solo hubiera unas dos mil personas en la plaza, la mayor parte de las cuales flamearon sus pañuelos con esta demanda tras la lidia de quinto y del sexto novillos. Pero ni caso. Aunque los trofeos hubieran sido protestados, las orejas debieron concederse pero si la persona encargada de hacer cumplir el Reglamento, el Presidente, se lo salta...cómo se puede confiar en su criterio para lo demás.
De los tres espadas ha sido el extremeño Alejandro Mora el que ha dejado mejor impresión. Con gusto, clase y valor, toreando muy derecho. El exmatador de toros Juan Mora, presente en un burladero del callejon, al lado del de los toreros, se habrá sentido muy orgulloso y confirmado que puede continuar en los ruedos la artística saga familiar. Lo que no se puede decir del sevillano Curro Durán que ha mostrado pocas condiciones. En cuanto al jerezano Miguel Andrades ha lucido ganas, entrega, oficio, pero debe centrarse en lo que es en realidad el toreo, dejando el bullicio de las capeas. Hay que quedarse quieto, pasarse el novillo cerca y torear con la cintura y los brazos, no sobre las piernas. Por cierto que su subalterno y apoderado José Otero le dió una lección de terrenos en el tercero, cuando le pidió que se lo dejase para comenzar la faena en el burladero de debajo de la presidencia, sin tener en cuenta que, al ser su primer novillo, debía ir el espada allí para pedir permiso del usía, como hizo. Inmediatamente después se fue al centro del ruedo para brindar su faena al público, momento que aprovecho Otero para llevarle el astado a punta de capote, a una mano, al burladero donde lo había querido en un principio.