TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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Pamplona. Feria del Toro. Crónica de Barquerito: "Roca responde a un desafío de Perera"

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A hombros los dos en una tarde de imprevista rivalidad soterrada

 

Corrida muy ofensiva y buen nivel de Victoriano del Río


Vuelta al ruedo para un tercero de gran elasticidad

 

(COLPISA, Barquerito)

Miércoles, 13 de julio de 2022- Pamplona. 9ª y penúltima de San Fermín. Tarde tórrida. 19.700 almas. No hay billetes. Dos horas y cuarenta minutos de función. Seis toros de Víctoriano del Rio, el tercero, Jaceno, 570 kilos, premiado con vuelta al ruedo.

Miguel Ángel Pereda, una oreja tras un aviso y una oreja. Paco Urueña, silencio tras un aviso y una oreja. Andrés Roca Rey, una oreja y una oreja. Pereda y Roca Rey salieron a hombros. Bien a caballo Ignacio Rodríguez.

MÁS ARMADA que cualquiera de las seis precedentes, la corrida de Victoriano del Río trajo dos toros de particular buena nota. El más liviano y el más pesado del reparto. Primero y tercero del sorteo. El tercero fue el de más cuajo de los seis. El primero, paso y veleto, el más bajo de agujas. Siendo diferentes, estaban igual de bien rematados los dos. Con el uno se empeñó Perera en una faena de firmeza y autoridad extraordinarias. Con el otro tuvo Roca Rey que echar mano de tres de sus recursos predilectos: los muletazos cambiados por la espalda, los sofocantes péndulos entre pitones y la desafiante quietud que lo ha encumbrado.

La composición de la faena de Perera, con la salvedad de su exceso de metraje, fue de seguridad y gobierno llamativos. Para sorpresa de todos, la apertura de hinojos en tablas tuvo el efecto buscado del tapón de champán y encendió a la gente. El toro, bien picado y tardo en banderillas, se vino arriba después de parecer aquerenciado con el burladero opuesto a corrales. Luego de los nueve muletazos de la apertura -tres de rodillas, cuatro redondos en pie y el doble de pecho-, Perera se abrió en el tercio.

Ahí fue el cuerpo de la faena, tan de poder y saber. Del famoso trazo largo de su toreo de muleta hubo abundante muestra. Y de su temple al enganchar con la izquierda, también. Cuatro tandas muy celebradas y salpicadas de breves paseos que fueron refresco oportuno para un toro que no paró de emplearse por bajo, y de hacerlo con tanta nobleza como prontitud. Al prolongarse la cosa, pareció bajar el eco. Perera recalentó el ambiente con una tanda en ovillo y abrochó con una versión de más quietud que brillo de los muletazos en rizo que hace tiempo patentó Daniel Luque. Una estocada ladeada sin muerte, tardó mucho en doblar el toro, sonó un aviso, el puntillero no acertó hasta la séptima y lo que iba a ser un rotundo premio de dos orejas bien ganadas se quedó en la mitad. En el arrastre aplaudieron con ganas al toro, el de mejor nota de todos. Y el mejor toreado también.

El tercero de corrida tomó engaño de salida con elasticidad impropia de su volumen y su hondura. Roca Rey llevó intencionadamente la carga de la lidia y lo hizo con notorio desacierto. Un menos que discreto amago de quite se saldó con el capote perdido en un desarme. Javier Ambel tomó entonces las riendas de la brega y el toro pareció de repente otro. Un punto extraviado en apariencia, Roca no brindó. No hizo ni falta. Plantado en los medios, dejó venirse al toro de largo y se acopló con él en una tanda por alto -tres cambiados por la espalda a falta de uno-, el de pecho y uno del desdén muy bonito. Y ya fue el no parar, pero no sin desigualdades. Toreo embraguetado con la mano derecha, muy mandón, una segunda tanda de hasta siete ligados, y más forzado y no tan ajustado con la izquierda. Las peñas pusieron de manifiesto su fidelidad a la causa, la causa de Roca, que aquí es ídolo pagano. El péndulo final y sus dos ovillos de resolución desataron pasiones. Roca se dejó querer, pero no pasó con la espada. Un pinchazo y un estocada delantera. Le dieron al toro la vuelta al ruedo que había merecido con mayor razón el primero.

En el toro de la merienda Perera repitió -buenos lances a pies juntos- con un toro muy distinto al gran primero. Otra faena dominadora pero menos brillante, desde la apertura a pies juntos en tanda sin rectificar hasta el remate por manoletinas calcadas del repertorio de José Tomás. Con segundas intenciones, también Perera echó mano de los cambiados por la espalda intercalados, que son, o eran, parte de su primeros pasos para ponerse en figura. Soltando el engaño, una estocada inapelable.

A Roca Rey le tocó responder a esta versión tan torera de Perera. No fue una baza sencilla, porque el sexto, corretón y de franco aire, muy apaisado de cuerna, era uno de esos toros que no caben en la muleta. Ahora tuvo que estirarse de capa Roca a pies juntos en lances firmes de mano baja y hasta quitar por chicuelinas de más ajuste que color. Arriba en banderillas, fue toro de dos mitades. Entregado en una primera parte de faena cargada de temeridades pero que explotó con una soberbia tanda en redondo abrochada con un natural enroscado y el de pecho, y luego con ganas indisimulables de irse a tablas. Cuando el toro se acobardó, Roca se metió entre pitones, fue arrollado, desarmado y casi prendido, y en tablas, ya terreno del toro, hizo el gasto y asumió el riesgo sin volver la cara. Una estocada al segundo intento.

Los dos toros menos propicios fueron los del lote de Ureña. Con un segundo distraído y parado, un ímprobo esfuerzo sin eco y mal rematado con la espada. Con un quinto aplomado y venido abajo, un largo trasteo con algún muletazo suelto de mérito. Y una estocada caída. El palco premió la cosa con una oreja que no pidió casi nadie.

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Cuaderno de Bitácora.- No hay mercado de abastos en Burlada, pero en la calle Mayor hay dos súperes de Eroski, y en la calle de La Fuente otro, y en la de San Francisco uno más. Una especie de monopolio. Nada que ver con la rivalidad de Pamplona. La gente de gusto de la capital compra en Leclerc champán francés de marcas blancas a precio de risa. La risa del champán. Si pasas por delante de los Eroskls y tienes olfato de gato, ni siquiera de sabueso, detectas ese olor a pan y pollo de microondas tan inquietante como el olor de bazar chino de tercer nivel donde todas las cosas en venta despiden exactamente el mismo aroma. Da igual dónde: en Leganés, en Fuenlabrada, que es la capital de la industria china en España, y en Burlada, donde tengo la impresión de que el negocio de los bazares no marcha. El de la calle Mayor es de una tristeza insuperable.
He sabido que antes de la conversión de Burlada en una especie de ciudad dormitorio el producto mejor de la tierra eran los garbanzos. Garbanzos famosos y con la calidad de todo lo que en Navarra da la tierra, nueces, espárragos, alcachofas, pimientos. Las huertas de San Juan deben servir a bares y restaurantes de Pamplona. Y a los bares del pueblo también. Como ya no practico el chiquiteo ni como pinchos ni nada, no me atrevo a opinar de cómo está la cosa ahora mismo. Del Etxabe, en la calle Mayor, hice mi lugar predilecto durante años. Buen nivel. Dos hermanos de Echarri-Aranaz, serios, trabajadores con don de gentes. Descubrí algo tarde el Jumia, frente a la escuela de Ermitaberri. Tenía rica y variada bodega. En Burlada se bebe más vino que cerveza. O se bebía. Tal vez por hacer patria. El vino blanco de la colección 125 de Chivite es el mejor blanco que he bebido en mi vida. En Suecia el vino blanco de Julián Chivite cotiza por encima de los champanes de marca blanca de Leclerc. El Unzu, el bar de la falsa plaza de su nombre, es más de tralla, pero tiene pinchos sencillos muy logrados. El Argia cerró no sé si por la pandemia. En la inmobiliaria de la calle Mayor he visto que se traspasaba y que el precio era accesible. No para mí. En la calle de San Martín, cerca del ambulatorio, hay una Bodega San Martín muy agradable, taberna vieja, gente seria.
A falta de mercado, en la calle Mayor hay dos carnicerías muy notables. En la de Larragueta, que es un edificio casi exento -ya no- de arquitectura rural muy del país, se fabrica una chistorra que ha ganado no sé cuántos campeonatos, Venden del cerdo todo, Y del cordero. Aquí gusta mucho el despojo, lo saben cocinar, En la misma rinconada de Unzu la tocinería de los Hermanos Gil sirve y vende gallina entera ya pelada y despojada, caracoles hervidos, morro de cerdo precocinado, manos de cerdo, el relleno famoso del país, que debe comerse con salsa de tomate, papada, chistorra de hembra y conservas varias de dos firmas ilustres, Medrano y Celorrio. Y migas del valle del Roncal.
Los valles navarros que anuncian el Pirineo mayor son tristes en invierno y esplendorosos en verano. La gente de esos valles sale muy lista no se sabe por qué. Será por el frío.
En la pared medianera del Larragueta está colocado un amplio mosaico con el nombre del pueblo, Burlada, y el escudo de Navarra. Se ve al venir de Villava. Y si saliendo hacia Francia, echas la vista atrás.
Última actualización en Jueves, 14 de Julio de 2022 21:43