TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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Madrid. Crónica de Miguel Redondo. "Madrid invadida por un Pueblo"

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Impresentable comportamiento de parte de un público incívico que lanzó almohadillas al ruedo, cómo señal de entusiasmo, tras dejar una estocada en el quinto toro


Foto: Alfredo Arévalo

Sábado, 21 de mayo de 2022. Madrid. Plaza de Las Ventas. 14ª de la Feria de San Isidro. Encerrona en solitario de Paco Ureña calor insoportable, abanicos de colores en tarde sin viento. Gran entrada, casi lleno.  Seis toros de distintas ganaderías, La Ventana el Puerto, Domingo Hernández, Adolfo Martín, José Vázquez, un sobrero del Conde de Mayalde  y Victoriano del Río. Tras el paseíllo Ureña fue obligado a saludar, mientras besaba un puñado de arena que había cogido del ruedo. Paco Ureña Silencio. Ovación con Saludos, Silencio, Silencio, Oreja y Silencio.

El primero, perdió las manos en los primeros lances de capa, escaso saludo de Ureña al toro de La Ventana del Puerto que no peleó en el caballo.

Por alto comenzó Ureña, para darle sitio al toro entre serie y serie. El escaso fondo no le permitió ligar los muletazos faena breve que no alcanzo cotas. Pinchazo hondo teniendo que apiolar.

El segundo de Domingo Hernández, le permitió a Ureña mostrar sus credenciales en el toreo fundamental, al relance se fue el toro al caballo. Buen quite marcó Ureña por Chapisera. Brindó el de Lorca al público. Comenzando desde los medios con dos estatuarios y un remate por abajo, para dar continuidad con la zurda. Toro noble, pero escaso de fondo. Faena con altibajos, donde lo mejor fue una serie con la diestra. Media en buen sitio. Saludó desde el tercio

El tercero de Adolfo , quedándose corto, intentando abrir los caminos andando para atrás. Orientado en banderillas, esperando y marcando a los banderilleros. Comenzó Ureña doblándose con el Adolfo, un toro sin clase, andarín quedándose corto, mirando y buscando lo que dejaba atrás, puso en aprietos a Ureña que nunca lo vio claro. Pinchó a este tras dejar una estocada tendida.

El cuarto de José Vázquez, salió de naja del caballo, reservón en lo que tenía dentro, noble, se los sacó de uno en uno,  faena sin mimbres recital de pinchazos siendo silenciado.

El quinto de Juan Pedro Domecq, un toro muy justo de trapío, fue devuelto en banderillas. En su lugar un sobrero del Conde de Mayalde. Se levantó el viento y amenazó lluvia, bien llevado a una mano por Rafael Viotti.. Desbandada en las primeras gotas de lluvia. El de Mayalde muy justo de fuerza, pero con mucha clase en las embestidas, Ureña se acoplo a una embestida al ralentí y consiguió llevarlo en muletazos de uno en uno, consiguiendo llevarlo sobre los dos pitones, lo mejor de una tarde de escasos argumentos para justificar esta encerrona. Dejo una buena estocada y cortó una oreja. La plaza se lleno de almohadillas mucho dominguero de Lorca en un acto incívico algo impresentable e inédito en esta plaza.

El sexto, de Victoriano del Río se fue al caballo de puerta y del encontronazo desestabilizo la montura de                          Juan Melgar cayendo en la cara del toro afortunadamente salió ileso del trance. Cumplió el de Victoriano en el caballo.

Quitó Ureña por Gaoneras, el toro requería distancia, en la distancia corta le costó pasar. Una voz “Donde está el público de Madrid “ razón no le faltaba a este buen hombre. Tiró Ureña del toro en muletazos sueltos de uno en uno, se desentendió el de Victoriano en el último tramo de la faena rajándose definitivamente. Lo pinchó después de dejar una estocada defectuosa.  Pocas cosas pasaron en la tarde, donde los Bárbaros se adueñaron de la plaza llenando el ruedo de almohadillas. Así no Madrid no se puede profanar.

Última actualización en Domingo, 22 de Mayo de 2022 21:15