TOROSDOS

Se torea como se és. Juan Belmonte

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JEREZ DE LA FRONTERA. CÁDIZ. Crónica de Carlos Crivell: "Soberbio espectáculo de toreo a caballo"

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Seis toros de Fermín Bohórquez, despuntados de forma excesiva y de buen juego en general para el toreo a caballo.

Fermín Bohórquez: ovación y dos orejas.

Hermoso de Mendoza: dos orejas y dos orejas.

Diego Ventura: una oreja y dos orejas.

Miércoles, 5 de Mayo 2010. Plaza de Jerez de la Frontera. 1ª de la Feria del Caballo. Los tres rejoneadores salieron a hombros por al Puerta Grande.

El torea a caballo tiene un sabor especial en la plaza de Jerez. El marco añejo del coso jerezano es consustancial al buen rejoneo. El público sabe de toros y de caballos. Los caballeros ponen sus cinco sentidos para ofrecer su mejor tarde. En ese marco, con esos toreros a caballo y con unas cuadras que cada día alcanzan la perfección más inesperada, nuevamente la corrida de rejones fue diferente y rozó por momentos la perfección.

Cómo será la cosa, que los rejoneadores se transforman en este festejo. El mismo Diego Ventura, un ciclón incontenible en otros momentos, se atempera y se templa para ofrecer lo mejor de su estilo. Fermín es un clásico en su casa. Hermoso, por su parte, completó una tarde pletórica, sencillamente enorme de principio a fin. Fue un soberbio espectáculo de toreo a caballo.

Fermín cuajó al que abrió plaza con su rejoneo exquisito, clásico y eterno. Siempre de frente, siempre en los terrenos de afuera, siempre clavando sin alharacas ni gestos exaltados. Entre todas sus cabalgaduras, el mejor fue Melero, que dio una tarde de toros para la historia. Sobre todo en los pares a dos manos. Con el cuarto, la labor de Fermín fue menos redonda, aunque la salida del citado Melero subió la nota. No le cortó trofeos al que abrió plaza porque no acertó con la muerte y sí al cuarto, aunque en este caso hubo una buena dosis de cariño de sus paisanos.

La actuación de Hermosos de Mendoza con el primero de su lote debe inscribirse entra las grandes cumbres del toreo a acaballo de todos los tiempos. Basó esta cumbre en Chenel y en Ícaro. El primero, caballo consagrado, estuvo a su nivel, lo que quiere decir que corrió a dos pistas, cambió el sentido de la carrera junto a alas tablas y quebró perfecto en banderillas. La salida de Ícaro fue la explosión. Se metió en los terrenos del buen toro de Bohórquez y entabló un diálogo cara a cara en el que parecía que dialogaban toro y caballo. La expresión del equino era desafiante pero respetuosa; el toro, encandilado, quería seguirlo y acometerlo, pero Ícaro siempre salía airoso y triunfador.

En Jerez hubo un momento de emoción. En el quinto salió al ruedo Pata Negra, el caballo corneado en Madrid y que salvó su vida de milagro. Esta faena fue menos intensa, algo más rápida por parte del caballero navarro, que con Silveti puso el calor que precisaba su labor. El rejón de muerte, tremendo y efectivo, le valió para otro doble premio.

Diego Ventura le echó  valor a la tarde. Es de valientes sacar una cuadra renovada y, posiblemente, falta de la experiencia necesaria en día tan comprometido. Pero es que Revuelo, es un caballo llamado a darle tardes de gloria al de La Puebla. Este caballo es completo y todo lo hace bien. Para compensar nos enseñó que Distinto siegue en forma en los terrenos cortos. En ese toro sólo cortó una oreja. Ventura coronó su tarde con otra faena histórica en el sexto. Y fue histórica porque demostró dos cosas: que se puede triunfar con un toro reservón y que no necesita sacar a Morante a darle mordiscos a los toros para armar un alboroto. Por el ruedo desfilaron más caballos nuevos, como Orobroy y Wellington, que parecen ya dos veteranos. Se arrimó, quebró en la cara, clavó arriba, salió de las suertes con distinción y templanza. Lo dicho, Diego Ventura en una versión casi ortodoxa. Lo mató de un rejón fulminante y se llegó a pedir el rabo. Así acabó una corrida de rejones modélica. No cabe más perfección cerca de los cánones del rejoneo, que a la vista de este festejo se puede asegurar que siguen en vigor. Fermín, en su buena líneas, pero lo de Hermoso y Ventura fue algo que ayer, en los toros segundo y sexto, pasa a las páginas de oro del rejoneo.