Diario ABC
La tarde transcurría en una calma chicha: bostezos, aburrimiento general y las muestras habituales, en esos casos, del ingenio sevillano: fracaso ganadero y toreros que no lograban la emoción del público.
Todo cambió en el quinto toro, otro palha tobillero, que humillaba mucho pero se quedaba corto. El mexicano Arturo Macías, que se presentaba en Sevilla, lo lanceó sin lucimiento. De varas salió el toro con la cara alta, distraído, sin fijeza. El diestro lo llevó al centro del ruedo e inició la faena de muleta por la derecha. Inesperadamente, la res había cambiado y muy a peor: se quedaba cortísima y rebrincada. No logró esquivarlo el mexicano y el toro se lo echó a los lomos. La impresión fue mala: parecía haber sido corneado dos veces, al subir y al caer...LEER MAS